El pasado jueves celebramos la tercera aldeíta rolera. Nuestro particular evento lúdico, teóricamente
trimestral, de día completo que realmente tiene periodicidad semestral (y por
un pelo no anual).
Comenzamos quedando pronto para aprovechar bien el
tiempo y jugar desde primera hora. Así
pues nos dedicamos a comer chocolate y porras con churros. Después del empacho dedicamos la mañana a
jugar a Junta. Un juego al que no había
jugado desde que tenía 15 años y que temía no hubiese resistido el paso del
tiempo. Pero estaba totalmente
equivocado. Los monos nos lanzamos a una
vorágine de puñaladas por la espalda y traiciones sin fin. Siendo la frase del día: “siempre con el
presidente”. Es decir, que nos lo
pasamos muy bien y el juego sigue siendo igual de válido hoy que cuando se
editó por primera vez. El vencedor fue
nuestro compañero mono JM ya que consiguió ser el más eficiente gestionando la
ayuda internacional hacía sus propios bolsillos. Yo, como de costumbre, quedé en un meritorio
último puesto tras ser el líder de todos los golpes de estado de la partida.
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Todo listo para apoyar al presidente |
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el ministro del interior consigue el apoyo de los sindicatos... |
Después de la comida de hermandad entre monos,
monas y monitos, seguimos la sesión con una partida de Comandos en Guerra en la
que un aguerrido grupo de paracaidistas norteamericanos se lanzaban de noche
sobre el pueblo de Saint-Mère-Église.
Tras establecer una cabeza de playa conseguimos que los malvados nazis
arios (yo prefería que fuesen nazis zombis o nazis hibridados con aliens), que
oprimían a los pobres franceses, abandonasen el pueblo. No contentos con tamaña proeza que sólo nos
costó tres miembros de nuestro escuadrón, uno de ellos pnj, conseguimos impedir
que los malvados nazis arios reconquistasen el pueblo destruyendo 3 tanques SutG
III y poniendo en fuga al resto del pelotón.
Nunca había jugado a este juego y mi sensación es que es rápido, letal y
muy táctico.
Terminamos la aldeíta jugando un Bang en italiano
en el que los forajidos, entre los que me encontraba, conseguimos acabar con el
Sheriff y ser los más rudos del oeste.
Como anteriores aldeítas, mi opinión es que debemos
repetirla ya que nos lo pasamos realmente bien y hacemos cosas que normalmente
no hacemos. Como comer como auténticos
cerdos (acabé a reventar) y jugar a juegos de mesa que con nuestro escaso tiempo
semanal tenemos olvidados.
Nos vemos en la próxima entrada y, ¡jugad mucho
hasta entonces!