miércoles, 4 de noviembre de 2015

El Desafío de los 30 Días (3ª ed) – Pregunta 4

En todo mundo de fantasía medieval existen grandes dioses, gigantescos poderes que enfrentan a sus seguidores, unos contra otros, que los envían a grandes gestas, los utilizan en sus maquinaciones, y los empujan a guerras con y sin sentido. Todos han oído hablar de esas grandes entidades. Los Valar del Señor de los Anillos. Los desaparecidos y retornados dioses de la Dragonlance. Los poderes del Caos de Elric. E incluso en la historia antigua tenemos a los dioses romanos, griegos, persas, aztecas, etc, etc. Pero no vamos a acordarnos de ellos. Hoy es día para acordarse de esos dioses menores, esos pequeños poderes, tan extraños como desconocidos, cuyas aspiraciones son tan ignotas como son sus avatares. Elige o inventa a uno de esos dioses y descríbelo.

En todo mundo de fantasía existen multitud de dioses menores cuyas esferas de dominio son tan extrañas o ridículas que los grandes dioses no las quieren.  Estos pequeños dioses deben luchar con los otros pequeños dioses por mantener su cuota de poder.  El dios elegido es Bwaaarffff, el dios de los eructos sonoros y rival de Pruuuuff, el dios de los eructos contenidos.  Es un dios jovial y alegre y, curiosamente, universalmente aceptado por todas las razas en sus respectivas fiestas.  Incluso los sobrios y recios enanos  le recuerdan tras una buena fiesta.  Únicamente en las más refinadas fiestas en las sociedades élficas y humanas, donde los eructos sonoros no son bien recibidos no se le brinda el respeto que se merece.  

Bwaaarffff es un dios apacible que no tiene ningún objetivo oculto ni ninguna otra aspiración que ser el único dios de los eructos, ya sean sonoros, contenidos, cantores o subacuáticos.  Por ello hará todo lo posible, dentro de sus limitadas capacidades,  para conseguir este objetivo.  Una vez lo consiga, si es que lo hace, pensará en su próximo objetivo.  Quizas Hipcuphipcup, el dios del hipo, nunca le ha caído demasiado bien...

Nos vemos en la próxima entrada y, ¡jugad mucho hasta entonces!

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