Ah, el arte. Esa
recreación de los seres vivos de los sentimientos, de las escenas, de las
pasiones e historias que les rodean. ¿Cómo? ¿Qué Highdell no tiene todavía
ningún elemento artístico que reseñar? Eso no se lo cree nadie, así que venga,
vamos a describir un objeto de arte que se encuentre en estos momentos en su
interior o alrededores.
En Higdell, como en todo pueblo o ciudad, hay obras
de arte en los hogares más pudientes y en alguno de los comercios regentados
por antiguos aventureros. Una de las más
famosas es la pintura del héroe local Wilfredo Paratodo, atribuida al gran
maestro y posteriormente retrasito real, Don Leonardo Da Velas-cues, situada en
el despacho del Burgomaestre. El cuadro
no es especialmente grande (100x60cm), ni especialmente realista, sobre todo
teniendo en cuenta que sólo tiene 300 años y Wilfredo murió hace algunos años
más. Lo realmente especial de esta
pintura son los ojos de Wilfredo, que siempre parecen mirar fijamente al
observador, cosa incómoda para todos aquellos que tengan intención de mentir en
su presencia. Lo realmente curioso es
que el retrato no irradia ningún tipo de magia.
Es más bien, como si no estuviese allí, es más es totalmente
indetectable a la magia. Poca gente está
al tanto de esta extraña cualidad del retrato pero nadie conoce la razón.
Nos vemos en la próxima entrada y, ¡jugad mucho hasta entonces!
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