Hola a tod@ mis fieles lector@s y seguidor@s. Hoy os deleito con un nuevo post personal de
esos que me salen de tanto en cuanto cuando tengo que expresar toda mi belleza
interior. Así pues hoy tenemos un post
sobre los regalos.
Antes de nada he de confesar una cosa, me cuesta mucho hacer
regalos. No es porque sea tacaño sino
porque me cuesta mucho encontrar el regalo idóneo para alguien en cuanto
salimos del mundo friki. A pesar de todo
me gusta mucho hacer regalos y, trato de hacerlos cuando puedo. En el aspecto de pensar soy bastante poco
empático. A mí me hacen ilusión tan
pocos regalos, al menos en el momento de recibirlos, que me cuesta ponerme en
el lugar del regalado. Cuando hay que
regalar bombones, juegos, flores, libros, comics, peluches y juguetes lo tengo
todo controlado. Cuando salgo de ahí la
cosa se complica.
Como ya he comentado soy bastante especial para los regalos y pocos me
hacen ilusión. Antes no era así, pero
ahora soy mayor (o al menos esa es la excusa que pongo). He tenido regalos de todo tipo, aunque ahora
tengo menos que antes (cosas de estar soltero). Pero mirando hacía atrás, y descontando los
autoregalos que me he hecho, sólo hay dos que me han llegado: un pelador de
zurdos y un ebook.
Con el ebook, supongo que pensaréis, normal no es un mal regalo y da
para muchas horas de entretenimiento.
Cierto, el que tengo me acompaña desde hace ya más de 6 años y de incontables
horas de lectura. Lamentablemente la
batería está en las últimas y sólo puedo leer con el enchufado. Aunque el placer de un buen libro sigue
siendo algo que la tecnología no puede superar, el ebook ha sido un gran
invento.
mira que soy malo sacando fotos... |
El segundo es un pelador de zurdos.
El cutre sí, pues no. Grave error.
Aunque puede parecer una tontería es uno de los más útiles y a los que
más cariño tengo. Para pelar verdura es
de lo mejor que me he encontrado. No sabía
cuan importante era para mí hasta que hace unos días se me traspapeló por la
casa y tuve que usar otro. Como no lo
encontraba por ningún sitio, me compré otro igual. Finalmente lo encontré ¡debajo del sofá! No me
digáis como había llegado hasta allí. Así que ahora tengo dos.
El famoso pelapatatas |
Y ahora llega el punto en el que me quedo bloqueado y ya no sé que más
contar en el post, ni para qué he empezado a escribir. Así pues…
Nos vemos en la próxima entrada y, ¡jugad mucho hasta entonces!
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